Y es por ese motivo que olvidamos que los jugadores son seres humanos, no son fichas de un juego de damas y por eso me sorprendo revisando las estadísticas sabermétricas y tradicionales como evaluamos y analizamos a los actores como si fuesen robots.
Es cierto que estamos en una era donde el béisbol está inundado de estadísticas, pero debemos no perder de vista, de aprender más sobre el aporte del jugador en un juego de conjunto, cómo superan los éxitos y los fracasos y las presiones que conlleva el desempeño diario en el aspecto mental del juego.
La analítica siempre jugará un papel esencial en el juego que amamos, pero a veces tendemos a pasar por alto al ser humano detrás de esos números, por eso cuando seleccionamos el Más Valioso lo encerramos en el factor numérico, no en el aporte a su equipo fruto de su instinto y habilidad.
Un ejemplo fue la elección del Jugador Más Valioso de la Liga Dominicana de Erick González (LE) sobre Ronny Simon (TE), donde solo levantamos la paleta de los numeritos.
Por un momento, analice la gran variedad de deportes que existen, y el resultado será que el béisbol es el deporte más desafiante y difícil de jugar. Ningún otro deporte se compara con el grado de dificultad con el que tienes que lidiar, como lo hace el juego de béisbol, por los tantos elementos diferentes que hacen de este juego el más difícil.
Analice la coordinación física de ojos-manos, el aspecto mental y la interdependencia humana entre los árbitros, que son una parte vital en cada jugada, variantes que hacen día a día más difícil de pronosticar, porque el béisbol es ciencia, no suerte.
A pesar de todo y aquí tomo como recurso el Tarot, cuando se cumplen hoy 61 años de la Matanza de Palma Sola, día de los Santos Inocentes, veo a las Estrellas Orientales en la serie final, pero está muy oscuro su acompañante. Fuente:diariolibre