La pandemia del COVID-19 cambió nuestros hábitos y sacudió fuertemente el sistema educativo dominicano que, de un porrazo, tuvo que implementar la educación a distancia, virtual y en casa, debido al confinamiento.
Sin embargo, la estrategia aplicada para el proceso educativo en medio de la pandemia no ha podido llegar a todos los sectores, y ocasionó deserción escolar, no solo en países vulnerables, como la República Dominicana, sino a nivel mundial.
Antes de la pandemia se registraba en el país una incidencia de inasistencia escolar de 9.0% y se espera un incremento de 13.2% y hasta de 17.9% en los escenarios moderado y severo, respectivamente, de acuerdo con los resultados de un estudio simulado presentado el 18 de julio de 2020 por la Vicepresidencia de la República, Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) y el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN).
“COVID-19 y la pobreza multidimensional en República Dominicana: Simulación del efecto de la pandemia en la pobreza multidimensional en República Dominicana”, contiene información individual para cerca de 13,000 personas y 4,110 hogares del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN, 2019).
Esos porcentajes estiman que en un escenario moderado la deserción escolar se situaría en 237,000 estudiantes, con edades entre 5 y 20 años y en un escenario severo sería de 322,200 alumnos los que no tomarían clases en medio de la pandemia, de un universo de 1,800,000 que figuran en el sistema público dominicano.
El documento emplea el índice oficial de pobreza multidimensional para República Dominicana (IPM-RD), y examina seis posibles escenarios de cómo el cambio en la privación de indicadores cambia este índice. Los escenarios son: 1) acceso a servicios de salud ante enfermedad, 2) aseguramiento en salud, 3) acceso a la alimentación, 4) asistencia o deserción escolar, 5) sustento familiar y 6) informalidad.
En el caso de la dimensión de educación se empleó el indicador de “Inasistencia escolar” del IPM- RD. Este indicador considera privados a los hogares con al menos un miembro de entre 5 y 20 años de edad no inscritos en el sistema educativo o que estando inscrito no asistía a una institución educativa (excepto por discapacidad, enfermedad, o fin de estudios secundarios).
“Para identificar a los hogares propensos a afectación se atribuyeron privaciones a la población que asistía a la escuela pero que no contaba con computadora e internet en su domicilio. Este choque da cuenta de niños y niñas que no disponen de recursos informáticos para continuar sus estudios en un sistema de educación a distancia y que eventualmente podrían perder el ciclo escolar, o no recibir la calidad de educación que podría derivar en desigualdades educativas lo que eventualmente podría traducirse en una fuente de deserción escolar.”
Las autoridades del Ministerio de Educación implementaron el programa “Aprendamos en casa, preservando la salud”, con lo que se dio inicio el dos de noviembre de 2020 de un año escolar atípico y con miles de estudiantes sin acceso a dispositivos que les permitieran tener contacto con sus maestros, a través de esas plataformas. Tampoco cuentan con acceso al internet, vital para el proceso de aprendizaje.
Un estudio preliminar realizado por Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) revela que en el país desertaron al menos 20,000 niños(as) y adolescentes, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, lo que representa un 1.30% de la matrícula general del sistema público.
El levantamiento refiere que no están matriculados, pero estudian en casa o salas de tareas un 1.55% y los que estudiaban antes de la pandemia pero ya no representan el 1.30%, aproximadamente.
Los datos oficiales fueron solicitados al Ministerio de Educación, entidad que hasta la publicación de este reportaje no había ofrecido el dato, ni la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha realizado un levantamiento sobre la deserción escolar en medio de la pandemia.
La salida prematura de estudiantes del sistema educativo es el mayor riesgo que está afrontando la sociedad dominicana, explica Darwin Caraballo, director ejecutivo de EDUCA, quien entiende que si no se controla y revierte la situación, los efectos sobre la economía, la competitividad, las actividades inmorales e ilegales y la seguridad ciudadana se verán afectadas sensiblemente.
“La experiencia demuestra que cada día aumenta la probabilidad de riesgo de salidas del sistema para no regresar y la situación es grave y debe ser atendida de forma inmediata”, indicó.
Estos datos coinciden con un análisis presentado por Save the Children, en República Dominicana, organización que mostró su preocupación por la situación.
“Esta debería de ser la principal preocupación del cuerpo docente, porque un niño o niña que abandona la escuela tiene altas probabilidades de ser víctima de trabajo infantil u otras formas de explotación y por tanto de no regresar a las aulas”, apuntó la directora ejecutiva de Save the Children, Alba Rodríguez.
El Banco Mundial en su informe “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños”, indica que algunas simulaciones sugieren que la deserción escolar en América Latina y El Caribe podría aumentar en un 15 por ciento debido a la pandemia.
En los sectores vulnerables se ha evidenciado la crisis educativa, el aprendizaje ha bajado totalmente para quienes no tienen la oportunidad del acceso al internet, la ausencia de conocimientos de los familiares no les ha favorecido en la educación en casa, afectando el ritmo de conocimiento.
A pesar de los enormes esfuerzos realizados a la fecha por los sectores educativos de la región, los niveles de aprendizaje han sido fuerte y negativamente afectados en los países de América Latina y el Caribe durante la pandemia, particularmente entre los niños y niñas más pobres.
De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, América Latina y el Caribe podría ser la segunda región con el mayor crecimiento absoluto en el indicador de “pobreza de aprendizaje”.
Por motivos asociados a la pandemia del coronavirus, al menos 700 estudiantes del nivel primario y secundario han abandonado las escuelas en el municipio de Villa Bisonó (Navarrete), en la provincia Santiago.
Así lo dio a conocer Jacqueline Mercado, directora del distrito educativo 08-07 de ese municipio, quien dijo que esa cantidad de niños, niñas y adolescentes, inscritos en los registros de los planteles, se han ausentado de la virtualidad, así como de la docencia semipresencial.
“Tenemos setecientos estudiantes que no están presentes en las clases”, reveló Mercado. Tanto estudiantes activos como quienes han desertado del año escolar están trabajando en el mercado laboral.
“Dos estudiantes me pidieron de favor que no les solicitara que enciendan la cámara para no tener problemas en sus lugares de trabajo”, contó a Diario Libre Marcelino Polanco, profesor de matemáticas del sexto grado en el liceo Pedro María Espaillat.
El también presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en Navarrete, informó que tanto en las clases virtuales como durante los días que duró la semipresencialidad, solo tenían en sus aulas entre 10, 15 y 20 estudiantes de una matrícula que sobrepasa los 35.
“De los 36 niños y niñas que tengo lo más que he logrado que se conecten son 20”, relató Marcelino Polanco. Fuente: Diariolibre