Por: Gelson Moisés Urbáez M.A.
La provincia Elías Piña ha sido una de las comunidades más subestimadas del
país; es poseedora de bellos atardeceres, relieve variado, cordillera central
bordeándola al norte y la Sierra de Neiba al sur. Está ubicada en la extensión
del valle del Artibonito y titular de un clima relativamente húmedo
subtropical.
De este terruño sureño, se podría decir que es un lugar único, alejado de las grandes urbes, donde todavía se mezclan lo tradicional, lo cultural y lo mágico. Ha sido un pueblo sufrido, maltratado y olvidado por lo que no es coincidencia que esté entre las cinco provincias más pobres del país.
Según un levantamiento
realizado en el 2015, Elías Piña tiene un 83.2 % de su población en niveles de
pobreza, pero, ¿Cómo no serlo? donde la inversión del Estado es mínima, sus
municipios totalmente aislados unos de otros, me atrevería afirmar que
eliaspiñenses de Bánica y Pedro Santana no conocen a Comendador y viceversa,
que pobladores de Hondo Valle y Juan Santiago jamás han visitado su municipio
cabecera y viceversa.
La falta de vías de
comunicación nos han separado cuando deberíamos estar más unidos, las aguas de
nuestros ríos corren directamente al mar sin aprovecharse en presas o canales
de regadíos, la brecha digital cada día se hace más prolongada, y sin temor a
equivocarme poseemos el transporte más caro del país, en fin, se han combinado
todos los servicios básicos, los suplidos por el Estado como por el sector
privado para invitarnos a emigrar y acusarnos de ser una provincia dividida,
desdichada y pobre, eso ha sido así por muchos años, de los cuales no voy a
contarles.
Gracias a Dios, hoy se
vislumbra una luz al final del túnel, una señal en el camino, y como dice un
dicho: “la esperanza es lo último que se pierde”. Con la aprobación del Senado
de respaldar mediante Resolución en el mes de Junio del 2020 la solicitud de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de instalar un Sub-centro en
Comendador y la firme disposición de las Autoridades del Recinto UASD San Juan
de apoyar en todo sentido esta iniciativa, otra visión ha surgido en los
pobladores de estas nobles comunidades, la esperanza resurge, y con el sólo
hecho de pensar que los bachilleres egresados de nuestros liceos y
politécnicos (más de 2,500 anual) al igual que cientos de jóvenes y adultos que
tienen años que concluyeron sus estudios secundarios pero no han podido seguir
los universitarios por problemas económicos, ambos se harán profesionales
aquí, en su mismo pueblo, economizando pasaje, tiempo y vida, eso nos hace
brillar los ojos de felicidad.
Imagínense
ustedes, un Sub-centro UASD- Elías Piña formando profesionales de calidad para
ofrecer sus servicios en la provincia que los vio nacer y más allá, pero
también un grupo de profesionales de aquí con un alto nivel académico
trabajando en la Universidad más vieja del nuevo mundo, estudiantes de los
campos y municipios viviendo en cuartos o habitaciones, o viajando de sus
localidades con el solo propósito de estudiar, movimiento de transporte entre
municipios, confraternizar con nuestros iguales de Bánica, Pedro Santana, Hondo
Valle, Juan Santiago y El Llano, pero lo más importante, aumento del nivel
educativo y económico de nuestras gentes, los beneficios de una universidad son
incalculables, tanto para el presente como para el futuro, por tal razón, creo,
es más, estoy seguro, que la mejor inversión que haría el gobierno en
nuestra provincia es un Centro UASD- Elías Piña.
Para salir del atraso,
de la pobreza, del abandono y del olvido, de una comunidad subestimada, pero
con deseos de progresar, de echar para adelante, se necesitan tomar acciones
trascendentales, y el Gobierno tiene la oportunidad de reivindicarse con
nuestra provincia y demostrar que los pobres si importamos, que somos parte de
un país incluyente y que piensa en el futuro de la zona fronteriza, la más
marginada de la región.
Apelamos a las buenas
intenciones de las nuevas autoridades, al presidente Luis Abinader, para que
nos incluya en el nuevo tren del progreso, pues, solo con la educación se
alcanza el tan anhelado desarrollo. Fuente:SandyFamilia