Frente a la pandemia por coronavirus decenas de científicos alrededor del mundo llevan a cabo investigaciones para desarrollar una vacuna que sea efectiva para el virus.
Las pruebas de laboratorio para la vacuna de COVID-19 se dividen en tres fases, primero con un número pequeño de participantes sanos y después con números más grandes de personas y grupos de control para medir qué tan segura es y cuáles son las dosis más efectivas, revela la BBC.
No obstante, en los últimos tres meses más de 90 profesionales han trabajado en una vacuna que pueda frenar la pandemia de las cuales ya seis están siendo ensayados en humanos.
La primera: Vacuna mRNA-1273, probada en Estados Unidos por Moderna Therapeutics, una empresa de biotecnología que busca demostrar que con la vacuna el sistema inmune de una persona para generar una respuesta para combatir al virus y evitar la enfermedad, indica la BBC.
Sin embargo, la mRNA-1273 no está producida con el virus que causa el coronavirus, sino en un ARN mensajero o ácido ribonucleico mensajero.
La segunda: Vacuna INO-4800 de Inovio, una empresa de biotecnología en Pensilvania, también se basa en una nueva estrategia de investigación. Está centrada en la inyección directa de ADN a través de un plásmido para que las células del paciente produzcan los anticuerpos para combatir la infección.
A pesar de esto, ninguna de estas tecnologías han producido hasta ahora un fármaco apto para el uso humano, según explicó el doctor Felipe Tapia, del Grupo de Ingeniería de Bioprocesos del Instituto Max Planck de Magdeburgo, Alemania.
Tapia dijo que "Podría decirse que hay una expectativa muy grande en el desarrollo de estas vacunas, pero hay que ser un poco cuidadosos porque son vacunas que no tienen el historial de otros tipos de vacunas, como las inactivadas".
Asimismo, en China se están probando tres vacunas en humanos, la primera es Vacuna AD5-nCoV, de CanSino Biologics, esta utiliza como vector una versión no replicante de un adenovirus, el virus que causa el resfriado común, con este el gen de la proteína S busca provocar una respuesta inmune para combatir la infección.
La segunda vacuna LV-SMENP-DC del Instituto Médico Genoinmune de Shenzhen, es un medicamento centrado en células dendríticas modificadas con vectores lentivirales. Además, la tercera y mejor candidata entre las vacunas chinas en una es una vacuna de virus inactivado del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, subordinado al Grupo Farmacéutico Nacional de China, Sinopharm, relata la BBC.
Esta busca producir partículas de virus en reactores y después purificar esos virus para que pierdan su capacidad de enfermar.
"Esta es la tecnología más común y la plataforma de producción más experimentada en producción de vacunas", expuso Felipe Tapia del Instituto Max Planck.
Y por último está la vacuna ChAdOx1 del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, Reino Unido, es una vacuna recombinante similar a la de la empresa china CanSino, esta usa como vector una versión atenuada de un adenovirus del chimpancé que ha sido modificado para que no se reproduzca en humanos.
"Lo que están haciendo ellos es producir en un reactor un virus que no es dañino pero en su superficie expresa la proteína del coronavirus y así genera una respuesta inmune", explica el experto del Instituto Max Planck.