El miembro de la Comisión Presidencial Permanente del PRSC (CPP) abogó por la aplicación del sistema chileno para la selección de la candidatura, con la participación de todos los partidos aliados, lo que mantendría la unión prevaleciente en las 14 organizaciones del Bloque Progresista, encabezado por el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Entrevistado por los periodistas Pedro Caba, Mózart de Láncer y Héctor Tineo en el programa de televisión Diario del 4, Salazar aseguró que gracias a esa unidad hoy el país está gobernado por el presidente Danilo Medina, quien derrotó en las urnas el pasado 20 de mayo al candidato opositor Hipólito Mejía con el respaldo del presidente y líder del PLD, Leonel Fernández.
“Los ataques que hemos visto al expresidente Fernández por parte de dirigentes de su mismo partido, así como las descalificaciones a la doctora Cedeño de Fernández, a los reformistas y a otros representantes de los partidos integrantes del Bloque Progresista, nos podrían conducir a la vicepresidenta como nuestra candidata en las elecciones del 2016”, indicó.
Sostuvo que muchos aspirantes a la candidatura presidencial en el PLD entienden que al expresidente Fernández debe dársele de lado, lo mismo que a la doctora Cedeño de Fernández y los aliados, destacando que desde que el gobernante salió de la Presidencia personas que no fueron beneficiados con cargos le han responsabilizado del denominado “hoyo fiscal”.
Salazar aclaró que no es que dentro del PRSC se piense enfrentar al PLD, pero que “si el PLD no quiere a Leonel Fernández, nosotros propondríamos a la doctora Margarita como nuestra candidata, tomando en cuenta sus cualidades humanas que la han elevado ante el electorado”.
Tras aclarar que desvincula al presidente Medina de la actitud de los “aspirantes presidenciales” en el PLD, refirió que para sacar el 50 por ciento más uno reglamentario para ganar en primera vuelta las elecciones en el 2016 se necesitarán de tres millones de votos, invitó a los dirigentes del partido morado a valorar la solidez del liderazgo de Fernández y la aceptación popular de la vicepresidenta de la República.
