De Tecnología, 23 octubre 2012.-En Estados Unidos, el precio de los libros de texto se ha triplicado desde 1986,
creciendo a una media cercana al 11% anual, muy por encima de la
inflación y los salarios. Ese fue quizá el origen de la obsesión de
Steve Jobs por las posibilidades de la tecnología para hacer la
educación más accesible. Ya desde su etapa en NeXT centró parte de sus
esfuerzos en revolucionar un sistema educativo anquilosado, y parece que
su obra póstuma está empezando a tomar forma.
A principios de este mismo año el distrito educativo de San Diego compró 25.000 iPad 2,
mientras que las autoridades educativas del estado de Georgia han
decidido invertir parte de los 40 millones de dólares que gastan cada
año en libros de texto en comprar tabletas para “ahorrar en costes e
incrementar el rendimiento de los alumnos”.
Experiencias similares se han llevado a cabo también en Europa. En Bélgica, los 710 estudiantes de Sint-Pieterschool y Sint Jozefshandelschool este año tendrán iPad en lugar de libros.
Los manuales de aprendizaje serán gratuitos, pero el coste de las
tabletas lo soportarán los padres de los alumnos. Los que no puedan
afrontar el coste, podrán alquilarlo por una cuota mensual y, al cabo
de 3 años, tenerlo en propiedad.
En España, los alumnos de del colegio Miguel Delibes de Macotera
(Salamanca) dan clase con tabletas a través del proyecto Dedos de la
Fundación Germán Sánchez Ruipérez, mientras que los distintos centros
del Colegio SEK acaban de implantar el ‘Proyecto iPad en Educación
Infantil’, una tecnología que permite el aprendizaje individualizado
según el ritmo de cada alumno.
“Steve Jobs tenía su mirada puesta en los libros escolares como el próximo negocio a transformar.
Creía que era una industria de 8.000 millones de dólares anuales lista
para la destrucción digital”. Walter Isaacson, biógrafo oficial del
fundador de Apple,
recuerda en su obra cómo el objetivo póstumo de Jobs era revolucionar
el mundo de la educación y acabar con el, a su juicio, “corrupto”
sistema de certificación y comercialización de los libros de texto.
A Jobs le parecía una aberración que, en la época de revolución
tecnológica que vivimos, los niños continuasen cargando con una pesada
mochila cada día camino del colegio. “El iPad sería la solución, dijo”,
recuerda Isaacson. Según el periodista, para el genio de Cupertino el
verdadero cambio en las aulas pasaba por “conseguir que los manuales
educativos fueran gratuitos” y se incluyeran en una tableta.
Por su portabilidad y su accesibilidad, para Jobs el iPad era el
sustituto natural de los libros de texto. Con las primeras tres
generaciones de la tableta lanzada en 2010 y las dos versiones lanzadas
hasta ahora de la aplicación iBooks, puso a Apple en el camino a seguir:
el gigante tecnológico estadounidense presumió a principios de este
mismo año de que una de cada tres de sus tabletas se utiliza en el ámbito escolar.