Calle Elías Piña, Ens. Espaillat |
Una calle en el Ensanche Espaillat de Santo Domingo recuerda
a Elías Piña, muerto después de una batalla en Bánica contra los
haitianos, no como el héroe, sino por el nombre de la provincia, en la
frontera Sur
En 1944, años después que a la común fronteriza de Santa
Teresa de Comendador la designaran con el nombre de Elías Piña, el
historiador Sócrates Nolasco peguntaba en un artículo “¿Quién era Elías
Piña?”, repitiendo la interrogante que más de medio siglo atrás hizo el
escritor José María Morilla. Y Nolasco decía que “como repercusión
insegura de su voz, seguimos interrogando: “¿Quién era Piña?”.
Hoy los dominicanos siguen formulándose la misma interrogante, porque
luego de algunas anotaciones sobre Piña que también publicaron Emilio
Rodríguez Demorizi, Vetilio Alfau Durán y José Gabriel García, no hay
dato que dé a conocer este aguerrido soldado de las luchas por la
Independencia que se constituyó en “el terror de los haitianos” y que
cayó abatido por ellos junto a su hermano Francisco, apenas logrado el
triunfo en “el fuerte de Bánica”.
Manuel de Jesús Galván le dedicó un memorable soneto, pero sigue
siendo hasta tal grado desconocido que muchos ignoran “que se trata de
una persona”.
Hay una calle que lo recuerda en el Ensanche Espaillat, porque en
1975 el Ayuntamiento designó varias vías con nombres de provincias.
Existe otra en “El Tamarindo” que quizá se la puso el pueblo, también
por la comarca.
Cuando se reconoció al personaje fue al denominar “Elías Piña” a la
ciudad y municipio de la antigua “Comendador” y a la que fuera primero
Provincia San Rafael y luego provincia Estrelleta.
Por otro lado, en algunas descripciones de Bánica se anota que en
1938 pasó a integrar la provincia Benefactor, hoy San Juan, y que en
1942 se convirtió en municipio de la provincia San Rafael, hoy provincia
Elías Piña.
¿De Bánica o de Las Matas? De Elías Piña no han
aparecido datos biográficos ni reconstrucción de su imagen porque
tampoco hay testimonios de su aspecto físico. J. Delmonte, que aseguró
haber estado “a diez pasos” de Piña en la contienda final, afirma que
éste era de Las Matas de Farfán, sin embargo, Morrilla escribió:
“Hermanos naturales de Bánica en las inmediaciones de la frontera de
Haití, por el Sur. El primero coronel y el segundo capitán de las tropas
dominicanas”, refiriéndose a Elías y Francisco.
Agrega que “ambos abrazaron con ardor la justa causa de la expulsión
que hicieron los dominicanos de sus opresores, sirviendo bajo las
órdenes del valiente general Antonio Duvergé”.
Vetilio Alfau publicó unos apuntes inéditos de Juan Nepomuceno
Tejera que ofrecen alguna información sobre Piña, pero fue el soneto de
Galván, dice, el que permitió aclarar puntos hasta entonces “rodeados
de incertidumbre”. Uno de ellos es que “fue en el año 1848 cuando el
coronel Piña cayó gallardamente en defensa de la Patria” porque muchos
consignan que fue en 1846 o 1847, y el otro punto es que murió en
Bánica.
Todos lamentan el olvido en que ha quedado sepultado Piña. Rodríguez
Demorizi se quejaba en 1942 de que “del heroico soldado apenas se
recuerda la épica tradición bellamente recogida por el coronel Teódulo
Pina Chevalier...”.
Y considera “extraño que el nombre de Elías Piña no aparezca en los
Partes oficiales de la Guerra de Separación, del historiador nacional
García, ni tampoco en su Historia, ni en la de Bernardo Pichardo, ni en
la de Ubaldo Gómez. Solamente la encontramos en El Oasis, edición del 3
de diciembre de 1854…”. En esa publicación aparece el soneto de Galván
“a la memoria del ilustre coronel don Elías Piña, muerto en el ataque de
Bánica en 1848”.
Concluye que “por obra de favorables circunstancias, el nombre del
humilde y olvidado Elías Piña hoy adquiere relieve y resonancia. Bien lo
merece quien sin arredrarse ante la muerte de sus hermanos, también fue
a dar su vida por la vida de su bandera”. Se refiere a la categoría
dada a “Villa Comendador”.
Reproduce a Pina Chevalier: “Trabada una batalla frente al fuerte de
Cachimán entre dominicanos y haitianos, los hermanos Piña luchaban a
brazo partido por tremolar en el fuerte la bandera tricolor dominicana.
El más joven avanzó con el pabellón y fue muerto en el acto. Al otro
hermano le sucedió lo mismo, pero Elías recogió el pabellón y avanzó con
los suyos hasta enclavarlo en el tope del fuerte bajo el más caluroso
de los homenajes, pero con tan mala fortuna que a pesar de la derrota
haitiana una bala perdida le atravesó el corazón muriendo en triunfo
sobre la enseña de la Patria”.
En 1953, Alfau Durán declaró que en 1860, cuando Pedro Santana, a la
sazón presidente de la República, “regresó victorioso de las fronteras
del Sur después de haber abatido la antinacional insurrección del
general Domingo Ramírez y de su compinche el también general Fernando
Tavera, fue recibido apoteósicamente en esta ciudad, y en el Arco del
Triunfo que en su honor fue levantado en la calle del Conde, se leían
vistosamente, en el centro, los nombres del general Ramón Santana y del
coronel Elías Piña, ambos mártires de la Independencia”.
Los demás cronistas citados destacan el valor y el patriotismo de
Elías Piña. Sócrates Nolasco escribió que Morillas salió del país
huyendo a Juan Pedro Boyer y publicó ese trabajo 60 años después. “La
muerte del coronel Elías Piña se supo en Cuba, lo conmovió y quiso dejar
constancia del compatriota “porque los que sacrificaron su existencia
por la libertad de su país son dignos de que su memoria se conserve”.
El escrito de Morilla, “una de las grandes figuras intelectuales de
Santo Domingo que emigraron a Cuba”, fue encontrado por Max Henríquez
Ureña en sus investigaciones en la Biblioteca Nacional de La Habana.
Nolasco llama a Piña “muerto ilustre y sin historia”, “prócer
reverenciado” y también lamenta que “sus rasgos sobresalientes
permanecieran en el olvido y su nombre quedó tácito aunque latiendo con
fervor en las conciencias”.
“¿De dónde era?”, pregunta, y apunta: “J. Delmonte, informador de
Morilla, supuso que era de Las Matas de Farfán, la aldea que le dio más
hombres de armas a la República para las campañas de la Independencia”.