SANTO DOMINGO, 27 junio 2012.-.- El Programa Solidaridad ha
impactado positivamente en materia de educación al lograr que más niños
se matriculen y asistan a las escuelas, ha combatido la deserción
escolar y permitido que más personas sean alfabetizadas.
Las conclusiones surgen de las dos primeras encuestas sobre
protección social realizadas por el Gabinete de Políticas Socialesy el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los estudios indican que la asistencia escolar se ha incrementado
34.7 por ciento en los niños beneficiarios del Incentivo a la Asistencia
Escolar (ILAE), del Programa Solidaridad, sobre aquellos niños de
hogares de similares condiciones socioeconómicas que aún no pertenecen
al Programa.
El ILAE es un incentivo económico que reciben cada dos meses los
hogares adscritos a Solidaridad a través de sus tarjetas
electrónicas.Esos recursos son destinados para la compra de útiles,
uniformes y zapatos escolares, a cambio que esas familias matriculen a
sus hijos en las escuelas, garanticen asistencia de 85 por ciento y que
no repitan de curso consecutivamente.
Asimismo, el porcentaje de los niños que reciben el ILAE y finalizan
el año escolarse incremento en 0.7 puntos porcentuales, el promedio de
años de escolaridad pasó de 4.5 a 4.8 en sólo un año y los que
aprendieron a leer y escribir aumentó en 0.6 por ciento, señalan las
encuestas.
De igual forma, el aumento en la matriculación escolar de los niños
protegido por Solidaridad supera la de los niños no beneficiarios en 2.4
por ciento, lo que ha incidido, según revela el estudio,en que las
familias pobres beneficiarias den prioridad a enviar a sus hijos a las
escuelas.
Asimismo, la asistencia escolar continua de los niños que reciben el
ILAE supera en 5.7 puntos porcentuales a la de los no beneficiarios, lo
que indica que Solidaridad ha incidido en la reducción de la deserción
escolar, indica el estudio.
Los niños de hogares adscritos a Solidaridad superan a aquellos que
no pertenecen al Programa en 2.4 por ciento en matriculación neta, los
que nunca faltan a clases en 5.7, los que concluyen el años escolar 0.3 y
los miembros de los hogares que saben leer y escribir 1.1 por ciento.